Viceversa...
Hoy estoy (como siempre)
en la esquina de este barrio
de esta vieja ciudad del sur
que suele soñar despierta
y duerme siesta los domingos.
Cuando ella está invernada
quisiera abrir mis venas
y que me beba a sorbos.
Pero hace tanto tiempo
que andamos desfasados
que ya casi no recuerdo
los secretos compartidos.
Ella se dice Buenos Aires
y yo apenas viceversa.
Mariel
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