Allá están mis pensamientos, mis fantasías más perfectas. Y las otras también…
Allá, muy lejos.
Entre la neblina y el horizonte perdido.
Me esperan. Me llaman…
No sé cuánto habré de demorar, pero los volveré a pensar, a imaginar, a fantasear.
Y en ese instante, en ese preciso instante volveré a ser yo: la impredecible, la lejana…
La auténtica.
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