El camino personal suele ser muy solitario. Hasta por momentos se nos parece pavorosamente solitario…
Sin embargo, siempre llega un momento en que debemos darnos a conocer y se nos hace imprescindible buscar la compañía de los afectos para aliviar la carga, para liberar las fuerzas que durante años o siglos hemos concentrado en la boca del estómago.
El tiempo de tomar aire ha llegado para mí pero los miedos me retienen, me atenazan la mente y el corazón. Me mantienen las manos atadas y los pies en el lodo...
Y quiero volar…
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