Siempre que pude
escapar a la mirada
de los mil espejos,
mis pies bailaron.
Pequeños,
livianos
y libres.
mis pies bailaron.
Pequeños,
livianos
y libres.
Pero al fin la vida
se ocupó con saña
De detener mis pasos…
de abrir mis ojos
y estas llagas,
de amordazar mi boca
y embrutecerme el alma.
y estas llagas,
de amordazar mi boca
y embrutecerme el alma.
De detener mis pasos…
Mariel
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