Hubo un día en que me separé de mi misma, gaviota errada.
Dejé de ser lo que fui alguna vez; desmemoria programada de antiguas ilusiones...
Me fui de mí a buscar lejanías que nunca encontré, horizontes que jamás alcancé.
Necesitaba el amor de corazones viajeros, de las almas vagabundas. De los espíritus presos en mis sueños.
Todo eso estaba en mí hasta que lo dejé escapar sobre las alas de mis gaviotas libres. Libres de mí y de mi esencia, libres del amor que creyeron encontrar en los cielos brumosos del afuera.
Ellas se llevaron lejos pequeños retazos de mi memoria, aunque sé que habrán de volver antes de irme para siempre, cuando me vaya plena de espíritu y con el corazón en paz...