Así como todo cambia...


Amanece.
Abro los ojos y todo es como era ayer.
Como mi mente dice que era ayer...
Todo parece inamovible.
Inmodificable.
Intocable...

Todo.
Excepto yo...

Porque nada es igual, pero lo niego para no enloquecer.
Aunque bien sé que no soy la misma.
Ni siquiera la de hace una hora.
Diez minutos.

Un segundo.

Me expando y me retraigo.
Como el universo mismo...
Pero lo niego.

Me imagino indivisible.
Inseparable...
Imperturbable.

Pero soy impredecible como el sol de la mañana.
Contradictoria como un ocaso en otoño.
Como una gota de rocío...
Como una nube solitaria...

Como los besos que me diste...
Como la luna en tus pupilas...

Como el amor en nuestra cama...