Paralelas...


Siempre existe una vida paralela. O una calle, una puerta, un amor, una flor, un universo que corren juntos pero que no saben cómo tocarse. O no se animan.
Es la risa sarcástica de lo que imagino como realidad. Una hendedura que divide lo real de lo imaginario, lo verdadero de lo falso, lo supuesto de lo concreto.

La mía es una vida en miniatura; una meticulosa miniaturización de mí misma. Será tal vez una manera de protegerme, de formar mi propio escudo de seda y de acero.

O quizás se trate, simplemente, de los desabridos ocres de mi cobardía...