Cambiante y lejana
como las aguas profundas,
como gemido de viejos vientos
que escapan y se revuelven
en los secretos de lo eterno.
Como el denso misterio
de las almas solitarias.
Por sobre oscuros empedrados
sobrevuelan los espectros
de la incomprensión que hiere,
de los desamorados,
de los tristes y olvidados
y de las sombras hambrientas.
Cuando todo parece dormido
nada es lo que parece.
El dolor juega sus juegos
en cada esquina, en toda ochava
y en cada lágrima de rocío.
Se mezclan mil lamentos,
un ruego,
un desconsuelo
y un amor que nació muerto.
Noche de frío
que se expande
y que se escapa.
Pesadillas que abruman.
Olvido y soledad.
Un silencio que grita...