Estatua de sal...
Y un día eché a andar con los miedos en la espalda.
Con mis pasos clandestinos y mis viejos desamparos.
Arrastro los pies
cargados de dudas
y de algún espejismo.
Llevo en la mochila
mis arrogancias absurdas
y este orgullo de cartón
recubierto de oropeles...
Desorientada y perdida
busco en tu ausencia
la palabra que me guíe,
la mano que me cuide.
Que corrija mis errores
y que sane mis heridas....
Y este oscuro laberinto
donde aún quedan en pie
mis arcaicas veleidades
y una lágrima de hiel.
Tan patéticas..
Tan macabras...
Son estatuas de mi sal
que visten mis harapos
y esa máscara que fui...
Mariel
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