Ecos...


Quedan grietas en los besos.
Muescas que deja el tiempo
como óxido en los huesos,
como lágrima en los labios.

Pero siempre brotan huellas
en los ojos ya resecos,
en las manos tan vacías
y en los pasos más perdidos.

Quedan ecos de palabras
que devoran las nostalgias,
la distancia de los años,
los abrazos olvidados.

Son mil hilos invisibles
de oro, luna y lluvia
que entretejen los recuerdos
de esos sueños
y esos mundos
que una vez hemos creado.

Mariel