El corazón danza al ritmo de la vida, de la emoción y de la brisa…
Parece ser débil, caótico y atolondrado. Frágil. Dependiente. Sin embargo, aunque no lo comprendamos cabalmente, él tiene una lógica más potente que la razón y que la naturaleza misma: el amor…
La mente puede ser rápida, analítica, sagaz o calculadora pero siempre, inevitablemente, terminará haciendo lo que el corazón sugiere. O mejor, lo que el corazón manda.
El me susurra al oído, me llena la boca de dulzura o me grita casi con desesperación cuando me encierro en lúgubres pensamientos.
Como sea, siempre termino haciéndole caso...
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sería algo así como , el corazón entiende de razones que la razón no entiende ...
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