Maravilla es la ilusión de las cosas simples, arte efímero de lo impensado y lo creado por azar.
De aquello en lo que reparo cuando ya no existe, cuando sólo queda un mínimo destello en ese punto extremo del olvido...
El volátil juego no jugado, aquel que el tiempo perdido me permite encontrar.
El mismo juego y el mismo arte que pinta y despinta el universo en sus giros, en su eterno destrucción y construcción o en la recreación de infinitos pasados en futuros eternos con su estrategia de vida y de amor, con su estética constante y breve de luces y de sombras. O el del mar pintando mis miradas con estrellas de aguas danzantes que saltan y caen, que me tocan en brumas y sal...