Cuando todo alrededor permanece inmóvil es porque algo se está moviendo en lo profundo del inconsciente.
Si en mi mente se instala una quietud aplastante, sé que en algún rincón del alma se está gestando una tormenta.
Cuando parece que mis pies echan raíces imagino que mi alma está viajando por los incontables estratos de la conciencia universal.
Cuando el aire alrededor y los espectros que habitan en mí están como dormidos, todo es muy simple y armonioso. Nada es confuso, nada es opaco. Las sombras se tornan claras y transparentes. Puede que sea sólo un instante diminuto, pero esa pequeña porción de paz me devuelve el equilibrio, que aunque inestable, preserva mi frágil cordura y me permite sostenerme en pie.
Sueñan los espectros cuando duermen?
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