Hasta que mis palabras callen...


Amanecí vacía.
Tan llena
de la pura nada
y de mis abismos.

Pareciera que,
en mis adentros,
la nada se vuelve todo
y el todo, la nada.

Es como sentir
que entre los huesos
la vida y la muerte
son la misma cosa
y se pasean juntas.

Con la inocente inconsciencia de la hormiga, incapaz de percibir su fragilidad y pequeñez, transito por el delgado corredor que separa y que une la luz aparente y la oscuridad incomprobable, ese sendero ínfimo y peligroso como el filo de la espada que se forja a fuerza de fuego y de martillo.

Y así seguiré hasta que mis palabras callen y empiecen a borrarse del papel, hasta que finalmente esté cansada de estar cansada...



2 comentarios:

  1. Quemar una rosa
    y hacerla resurgir de la ceniza,
    como los antiguos alquimistas
    Re pensarse y descubrirse a uno mismo con piedad y asombro, "lo mas terrible se aprende enseguida
    y lo hermoso nos cuesta la vida" Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Quemar una rosa
    y hacerla resurgir de la ceniza,
    como los antiguos alquimistas
    Re pensarse y descubrirse a uno mismo con piedad y asombro, "lo mas terrible se aprende enseguida
    y lo hermoso nos cuesta la vida" Un abrazo

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