Aguas primordiales...


Busqué sin encontrar, porque busqué sin saber buscar. Seguí en la bruma los rastros de mi aliento, en los serpenteantes senderos de los deseos ajenos y en las colinas atestadas de sueños inconclusos.

Perseguí quimeras disfrazadas de utopías y dibujé la vida en las hojas del otoño.

Creí encontrar en las miradas de otros ojos lo que los tuyos y los míos supusieron ya no ver.
Sentí la ausencia, imaginé destinos, pospuse milagros y lloré despedidas que nunca llegaron.

Estuve perdida en el centro de mis noches, vestida de dudas y de mis propios fantasmas, desnuda de estrellas, sin guías del alma. Cuando ahogada en mil miedos desesperaba de mi misma, cuando me hundía en la ignorancia de mis íntimos secretos y de todo lo sagrado que se esconde entre los huesos, mis pies descalzos reconocieron la orilla esquiva que separa la noche de la vida...

Intuí entonces la melodía silenciosa de mis pasos...

Comprendí al fin la sutileza del destello vital que late en mí, reflejo fiel de lo que fui alguna vez, ondulante e inquieta partícula del ser.
Desafiante y dulce, arrogante y tierna, fragmentada y única.
Todo estaba allí, danzando para mi. Cada paso pequeño y débil se expandía suavemente hacia la lejanía de mis brumas, para que al fin no fuera tanta la lejanía ni fueran brumas nunca más...

Los misterios profundos del alma se mueven en frágiles círculos, silenciosos y cautos.
Son mis propios secretos que se ocultan entre las mudas piedras del lecho y allí quedan, parpadeantes y oscuros hasta que una luna cómplice les presta al fin un ínfimo murmullo de luz y de sombra.
Adivino sus contornos, su silueta y su espesura. Imagino antiguos horizontes y los siglos de palabras nunca dichas que guardaron para mí; el temor de no saber y ese instinto caprichoso que me incita a desear, a aceptar y a recibir

Aguas primordiales. Aguas eternas que lo contienen todo y que todo lo dan; la vida latente y las almas dormidas. Aguas sagradas de las que un día he de beber para darle un cuerpo nuevo al espíritu que hay en mí.

Misterios y secretos que no he pedido y sin embargo se me han dado.
Privilegios del destino, maravillas del amor...