Se esfumaron los sonidos de todas las voces y así, a esta hora, la mía ya parece sin sentido.
Creo que mi alma se fugó esta noche o tal vez se haya ahogado en la viscosa marea de las penas.
Camino por la breve y delgada tangente de este universo imperturbable. Hace frío aquí abajo y como puede, el corazón resiste la escarchada sangre poblada de ausencias.
Salitre que lastima, brumas, fantasmas y la luna que, ya sin luciérnagas, se fue de mí.
Y el miedo que me acecha en cada rincón...