Palabras al viento...


Aunque no nos demos cuenta, el viento es un gran narrador de historias. 
En su camino va recogiendo palabras en mil idiomas, gestos que dicen más que mil palabras y que mil idiomas. Historias de amor, de odio o de soledades.
Relatos de pasiones, de olvidos. Realidades y fantasías de pueblos ignotos. Mitos, leyendas, locura, fe…
El viento es sabio. Prestémosle mucha atención…


Con manos invisibles me va enredando en el cabello mil historias nuevas de antiguas voces, sutiles melodías de tierras extrañas y aromas esenciales de prados y flores...

En su incorpórea suavidad me acarician infinitas palabras nacidas en la lejanía de los tiempos y en los horizontes hoy ausentes. Historias de amores y de odios; de soledades y nostalgias.

Te ruego que no olvides dibujar aquellas risas en mis labios ni de dar calidez a estas lágrimas prestadas...

Eres como el amor...

Te acercas a mis pies,
manso y juguetón.
Te alejas,
como no queriendo.
Levantas tu voz
allá lejos
y murmuras junto a mí.
Eres como el amor
que se renueva
y bulle,
turbulento y pasional…

Te acercas a mis pies,
manso y juguetón
y te alejas así,
como sin querer.
Levantas la voz
desde lo lejos
o murmuras tan tierno
junto a mis pies.
Eres como el amor
que hoy me busca
y huye mañana,
que se renueva
y que bulle,
turbulento y pasional…

Dulzura!

Hermoso!!! =))

Alturas...


No me pidas que me quede
cuando sientas lejanías,
cuando notes en mis gestos
ansiedades de volar...

Sólo enséñame a volver,
a encontrarte en otros cielos
y a besar más tiernamente.

No me pidas que me quede
si deseo ver más lejos...

Sólo vuela con mis sueños,
sólo ámame más alto...


Rayuela...


Quisiera volver al sendero de tiza, a sus tiernos cuadritos de la tierra hasta el cielo.
Quisiera el eucaliptus aromando mis juegos.
El campanario lejano cantando solito.
El perfume a pasto cortado.
Las mariposas en verano.

Quisiera mis muñecas y los mágicos crayones...
La mano de papá camino a la escuela y las de mamá arropando mis sueños...

Necesitaría a Marita invitándome a jugar.
A la abuela María batiendo una yema...
Necesitaría trepar a la morera o robar una ciruela del ciruelo de al lado...
Necesitaría el silencio de mi barrio dormido.

Quisiera recuperar mi vieja goma de borrar para esfumar el hoy de esta hoja del cuaderno y una tiza blanca para dibujarme otra rayuela en el corazón...