Cada día saco algunos de mis trapitos al sol, como diría mi abuela…
Pero por más que lo intento mis cajones nunca dejan de estar hasta el tope. Pareciera que mis secretos nunca terminarán de ver el día. Ni siquiera mi propio día…
Pero en realidad no sé si esto es tan malo. Después de todo es una manera de sentir un cierto interés, algo de curiosidad por mí misma…