Qué cosa es el dolor
sino esta lluvia,
éste pájaro herido.
Un ramillete ensombrecido
de corazones apretados.
Una flor deshojada,
éste viento desgarrado
y mis lágrimas quebradas
cayendo como plomo.
De qué sirve el alma dolorida
sino para gritar la pena,
para lamer mis llagas
y tu corazón transido.
Para alcanzar a los ausentes
en el punto centro
de la memoria
y en el cénit mismo...
de la alegría.
Mariel
NOTA: Esta poesía la escribí el 9 de noviembre de 2010, unos doce días después de la muerte de Néstor.