Estarás allí, en algún lugar sin coordenadas ni rosa de los vientos, en un espacio desconocido para mí o que tal vez guarde en mi memoria antigua pero que aquí abajo tengo olvidado.
O podrías estar encendiendo estrellas que sean eternas, desactivando la mentira de los relojes o conversando con viejos amigos y con espíritus que aún esperan.
Y mientras tanto aquí,
en lo oscuro de mi cuarto anochecido
ronda sarcástica la muerte.
Cómo se sentirá
no volver a sentir,
qué aroma tendrá
la última bocanada,
el último suspiro,
el instante más solitario,
el del destello final,
el de la agónica mirada.