Una foto tuya sobre mi mesa,
un instante que sobrevive
más allá de todos los recuerdos
y más acá de todos los olvidos.
Después de la lágrima más triste.
Una mirada tan intensa y dulce
sobrevolando besos y amores
que atraviesa los tenues horizontes
de las almas y de los tiempos.
Y tu voz que susurra,
que abarca,
que besa,
que es...