Voy dejando mis huellas aúricas por donde quiera que voy.
Quiera o no, es mi marca para esta vida y para siempre.
Alguien después (o antes) que yo las descubrirá alguna vez, a alguien les serán útiles para algo o a algún otro podrán perturbar. De mí depende la pureza de lo que dejo y de lo que dejé y de cómo deseo que me perciban cuando ya no esté aquí, cuando ya todo sea sólo recuerdos guardados en algún álbum de fotografías desteñidas…