Palabras...
La gente tiene la fantasía de que las palabras duermen dentro de los libros a la espera de que nosotros decidamos prestarles atención. Que están pendientes de nuestra voluntad para poder ver la luz durante los minutos que tardamos en leer una página y pasar a la siguiente. Que las palabras sólo despiertan durante esos breves minutos y luego vuelven a dormir durante días o años…
Lo cierto es que las palabras fluyen libremente por el espacio, por los bosques y los mares, por los pueblos y por la casa toda y sólo se posan sobre el papel cuando abrimos el libro. Se acomodan de tal manera que podamos leer lo que decidimos leer…
Y cuando damos vuelta la página, hasta allí van ellas rápidamente para continuar con la historia…
Si fuéramos lo suficientemente rápidos como para abrir el libro en cualquier parte antes de que las palabras tuvieran tiempo de llegar a la página elegida, encontraríamos que no hay nada. Que la página está totalmente en blanco y entonces sí, de pronto veríamos cómo mágicamente se puebla de sentidos, de ideas, de ilusiones y de historias.
De palabras……
Diez pasos...
Esa noche comprendió que el pasado quedaba demasiado cercano.
Tanto que se tornaba amenazante.
Estar diez pasos delante de la antigua bruma de voces apagadas era para ella la proximidad de la muerte pues le confirmaba que el futuro no existía.
Es que aún con su andar inseguro y lento, el presente y el futuro ya estaban diez pasos por detrás...
Y se veían amenazantes…
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